UNIÓN Y DESUNIÓN

Una forma de juzgar, sin saber con la sed que vive el otro, una forma de hacer sentir que la razón esta empoderada, y que la enfermedad es provocada, que la inmortalidad se hace presente y la discriminación se acerca lentamente.

Un claro ejemplo de razón y regaño propio, una gran aclaración a no entender que lo personal es personal, que no se debe ventilar lo privado, para no permitir palabras a juzgar sin ningún derecho, que por más cariño que se obtenga a alguien no se debe tener límites como todo, se debe aprender a tener memoria, se debe tener respeto propio y confianza absoluta e individual por sí mismo y por nadie más.

Se debe obtener el distanciamiento como dicen por ahí... pero distanciamiento en saber obtener elección, una mayor elección para evitar la famosa desunión por una discrepancia y palabras que son más hirientes que las acciones y aquellas acciones que son más presentes cuando el tiempo toma cartas en el asunto.

Nadie sabe la responsabilidad y la carga mental y económica que vive el otro, nadie tiene derecho a opinar y a comparar, acción más desagradable e hiriente, nadie está exento que le suceda algo y nadie sabe las necesidades del otro, ni en las peores circunstancias se puede tomar posición en el asunto que provoca afectar la salud y posterior a ello, desequilibrar y desmentir lo que se tenía en una torre llena de confianza y los ojos llenos de luz.

Ojalá en algún momento, el ejemplo que se dice tener sea aplicado realmente para las cosas verdaderamente importantes, para el apoyo realmente concordante, para saberlas decir y saberlas transmitir, que la desunión que se ha generado sea multiplicada en buenas acciones y a partir del momento buenas decisiones.

Estefanía Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista

Estefanía Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista