SUICIDIO ¿COBARDÍA O VALENTÍA?

Suicidio y a la vez valentía, suicidio y a la vez cobardía, suicidio y a la vez acción, acción con precisión de juzgar, acción con ánimo de llorar, con abandono con rabia por plasmar.

El suicidio, ¿un acto que no se puede juzgar? ¿Es un acto egoísta? Un acto egocentrista?, es un acto repudiable?, este tipo de acciones no tienen voz, sólo tienen dolor, sólo tienen Soledad, pesadilla y persecución.

Pesadillas marcadas por pasados oscuros, lágrimas y sufrimientos marcados por crecimientos desde la infancia hasta la máxima edad que marca la mente, el corazón y la forma de sentir y expresar.

Las constantes preguntas todo el tiempo que surgen, ¿qué hice?, ¿no fui suficiente?, ¿Tengo alguna culpa?, ¿de verdad no complementaba con mi presencia? Y una cantidad de incógnitas donde juzgar es un pecado, pero tener rabia por lo sucedido no lo es, tener rabia por decisión del otro no lo es, tener el poder de decir sí sí estuvo bien o no, sencillamente no hay poder de palabra, no hay acción, no hay franquedad, no hay solución, solo queda desamor.

Desamor desahuciado, decisiones inconclusas, sensaciones desastrosas, argumentos exigentes, rabia con el mundo y para el mundo, sonrisas ausentes, recuerdos recurrentes, miradas penetrantes y amores ausentes.

Que juzgar no cueste, que pensar no cueste, que llorar no sea un error ni motivo de peor decisión, que sólo la calma sea la solución y que el amor sea nuestra mayor concentración por siempre y para siempre.

Estefanía Castañeda Ruiz

Comunicadora Social y Periodista