PEOR ES EL QUE JUZGA SIN MIRAR SU PROPIA COBARDÍA

Peor es aquel que genera remordimiento a aquel que solo generó amor y apoyo, peor es aquel que juzga teniendo en el alma la culpa de la perdición y enfermedad junta llamada engaño, peor es aquel que lástima sabiendo su culpa y su remordimiento en el más olvidado rincón del ser humano llamado conciencia.

Cuán lástima puede tener un ser cuya acción principal es mentir, jugar y disfrazar lo vivido y convertirlo en lo más perdido de la vida, que degradante es aquel ser humano, cuya maldad no tiene fin, cuya acción no tiene límite, que tan degradante puede llegar a ser con solo sentir su existencia.

Que tan decepcionante puede ser para aquel que cedió vida a quien lastima, presiona y genera tristeza, de qué lado más viene la desgracia de haber engendrado y haber dado vida a quien solo la demacra, la ensucia, la lastima, simplemente la mata.

Cobarde es aquel que no afronta el daño que hizo, pero más lo es, él que ataca y genera perjuicios del que lo cuidó y protegió de la maldad y suciedad del entorno que lo rodeo, lo intentó atacar y a la final fue salvado por el ser que hoy empujó, acabó y ensucio con ira, sátiras y daños emocionales todo lo bello que puede producir las acciones y palabras de la mente y lo más profundo del corazón.

Quién es más cobarde, el que lanza sin perjuicio, el que lástima sin conciencia, o el que acaba con los sueños de seres indefensos, que llegan a enfrentar el mundo sin imaginar que pueden encontrar la cobardía y maldad en una persona disfrazada con nombre y apariencia clara e inédita.

Que la maldad se descubra, que la esencia viva, que la fuerza prevalezca y que el karma genere la justicia necesaria por siempre y para siempre.

Estefanía Castañeda Ruíz.

Comunicadora Social y Periodista.