NO SE PUEDE OBLIGAR

No se puede obligar a alguien a amar, como tampoco se puede obligar a alguien a olvidar, todas las decisiones son recíprocas, algunas son más costosas que otras, algunas duelen otras no.

No se puede obligar, sino está escrito no va a suceder, si está escrito sucederá cómo debe ser  en el tiempo correcto, y con las personas correctas, no se puede obligar con tan solo partir de un pensamiento, o una imaginación, no se puede obligar ni tampoco se tiene por qué sorprender.

Obligar a que se realice una acción, es lastimarse a si mism@, es una contra respuesta y afirmación a lo que realmente no nace, no se reflexiona, no se comparte y no se transmite de la mejor manera.

Por eso no se puede obligar, no se insiste, no se ruega, no se conversa, porque a través de las acciones se identifica la respuesta y decisión, la sensatez y la realidad de lo que significa la presencia de una persona en la vida cotidiana de cada una, y en la cercanía y madurez de saber qué era lo correcto.

Obligar, es retroceder, volver a empezar y no avanzar.

Estefanía Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista

Especialista en Comunicación Organizacional 

Estefanía Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista

Especialista en Comunicación Organizacional