LO QUE CUESTA UN COMENTARIO

Lo que cuesta una broma, una carcajada, una palabra, y una mirada, lo que puede costar tan solo un pequeño chiste, convertido en la conciencia andante, en el comentario fantasma de que, aquella apariencia no es la que se piensa, no es la que complementa y es la burla e impulso al famoso comentario que siembra la duda, baja autoestima, rabia e impotencia.

Por supuesto, una vez se siembra la burla, llega la conciencia a hacer su trabajo, a plasmar lo que de verdad marca, lo que en verdad atormenta y lo que en verdad lastima, lo que cuesta no tener sutileza para decir las cosas deja mucho que decir, deja mucho que desear y deja mucho a la imaginación sin controlar, lo que cuesta una sonrisa convertida en sarcasmo, en alegría, en decepción y en egoísmo, inclusive genera discordia entre los que están y varios recuerdos que no se van a olvidar.

Porque lo que cuesta un comentario, cuesta una lagrima, una rabieta y una acción, tal vez ese comentario sirva para despertar de quien somos, cuanto valemos hacia el mundo, y por los que nos quieren, tal vez, con firmeza a decir que por esos que nos sonríen, por esos que hacen sacrificios por nosotros, que nos comparten varias cosas sin ninguna obligación a esos, ese comentario valdrá la pena sentirlo, para saber con firmeza y honestidad quien es real y quien es solo un espejismo.

Lo que puede costar un comentario, puede costar un cambio, sin mirar atrás, sin acción sin arrepentimiento y con lección.

Estefanía Castañeda Ruíz Comunicadora Social y Periodista

Estefanía Castañeda Ruíz Comunicadora Social y Periodista