ESE PERIODISTA

Tan egocéntrico, tan audaz y tan inteligente, tan humillante y a la vez brillante, tan analítico y a la vez poco sencillo, tan poco razonable para unas cosas y muy pensante para otras.

Tan alegre y tan bromista, tan irritable, y tan poco deseable, tan agradable en algunos momentos y tan insoportable en otros, tan audaz para unas cosas y tan poco amable para otras, tan excelente profesional en su trabajo y tan poco agradable como persona, como humano y como trato personal.

Ese periodista que tan solo con su mirada cree desafiar el mundo, cree que las plegarias, el cielo, la luna y las estrellas deben rendirle pleitesía, cree que el elitismo es una cualidad que brilla ante una apariencia negativa y nuevamente egocéntrica, demasiado egocéntrica.

Cree que la educación depende de un nombre de Universidad, cree que la educación se basa dependiendo de donde salga una persona sin importar el crecimiento y experiencia que pueda tener, pues le importa el nombre, solo eso, le importa presumir, no conversar, le importa ser irritante y no enseñar, sencillamente le gusta ser el centro de atención, con la clara idea de que tiene la razón, y con la clara idea de que el periodismo según su medio y según su entorno no tiene discusión y que él mismo respeta todos los demás puntos de una persona que deseaba aprender del campo de la experiencia en este arduo mundo de discrepancia, guerra, violencia y decepción.

Qué experiencia más agradable y más gratificante, pero a la vez que experiencia más desesperante al tener en frente a alguien que cuando su voz era comodidad y enriquecimiento al enfrentar a la corrupción, no sea la misma de una persona que solo quiere humillar y sobrepasar a los demás sin razón, solo quiere hacerle entender a los que lo rodean que su prioridad de opinión es más grande que el respeto, sencillez y humanidad con los demás.

Que otro puede ser don Calvas para tratar a las personas como aquel día en aquella Universidad, llena de lujos, deseos por aprender y grandes decepciones al momento de conocer a uno de los pocos ídolos que con criterio ataca la corrupción pero que con su arrogancia y altivez decepciona en este caso a una persona que lo tenía en gran concepto desde el Periodismo y profesionalismo.

Estefanía Castañeda Ruiz

Comunicadora Social y Periodista

Especialista en Comunicación Organizacional

Estefanía Castañeda Ruiz

Comunicadora Social y Periodista

Especialista en Comunicación Organizacional