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ESAS ANÉCDOTAS QUE UNO RECUERDA

  • Foto del escritor: Estefanía Castañeda Ruíz
    Estefanía Castañeda Ruíz
  • 10 mar 2024
  • 1 Min. de lectura

A veces no se sabe con exactitud qué ventajas o desventajas es tener buena memoria, pues lamentablemente algunos recuerdos no son tan agradables, como hay otros que tan sólo con una sonrisa uno desearía revivir.


A eso se le conoce anécdotas, esas anécdotas que a la final o en algunos casos eran los únicos momentos tranquilos donde las preocupaciones no eran muchas, las responsabilidades eran diminutas, donde las alegrías eran muy recurrentes, la imaginación era nuestra mejor amiga, y donde la presión no se presentaba con tantas recurrencias.


Pero, no todo está perdido, puesto que esas anécdotas permiten volver a ese interior que de cierta forma se ha abandonado pero que pensamos, que le damos vueltas, que en el momento en que las reflexionamos nos sacan sonrisas, nos sacan momentos, nos ayudan a nivelar las cargas, nos permiten alinear las fibras emocionales, y con base en ello  se transmite asimilar la realidad del momento, las soluciones a convenir, la serenidad, objetividad, calma y conciencia posible.


Como dice aquel dicho, chiste, o refrán, recordar es vivir, si se arriesga se gana, soñar no cuesta nada,  sonreír no cuesta, recordar hace feliz, mueve turbinas, mueve sensaciones, aterriza realidades con soluciones, permite aplicar enseñanzas de aquellas diversiones, o tal vez de aquellas no tan agradables, pero que su objetivo es guiarnos al momento de tomar la mejor decisión.




Hay que brindar por esos recuerdos que nos hicieron felices, que marcaron la diferencia, que nos hicieron ser mejores personas cada día, y que aún así los recordamos para enseñarnos cual es el camino correcto.





Estefanìa Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista

Especialista en Comunicadora Organizacional 



 
 
 

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