EMOCIONES INTERMITENTES
- Estefanía Castañeda Ruíz
- 28 dic 2020
- 2 Min. de lectura
La emoción del día y la emoción intermitente que llega por la noche, la intermitencia interna y la eterna aplicada hacia el otro.
La intermitencia funciona como confusión, funciona como duda, funciona con gran impaciencia y sin razón, es capaz de lastimar lo que no se piensa y capaz de indagar lo más profundo del ser.
Lo intermitente funciona sin respuesta, sin fundamento, sin creatividad, pero con peso y martirio buscando una respuesta sin parar, busca seguridad, busca enfoque busca neutralidad y busca mecanismo para tener fuerza y decisión con brevedad.
Sin tener un punto de equilibrio, es difícil obtener un punto de precisión, es difícil mas no
imposible obtener una emoción de tranquilidad mental, sí, lo mental funciona como camino
laboral, personal, colectivo y social, y es nefasto adquirirlo porque la intermitencia no permite camino, genera neblina, y no claridad para separar la piedra y elegir bien el próximo paso a dar.
No se trata de decaer, ni de detener los impulsos de lo insensato o de la emoción intermitente sin respuesta, se trata de ser preciso con lo seguro y honesto con lo cometido, no se trata de buscar la respuesta a la duda, se trata de buscar el centro que permita concebir paz consigo mismo, para brindar lo mejor hacia el mundo y por el mundo.
Lo innato es dudoso, el silencio sólo son sin respuestas, lo adictivo sólo es momentáneo,
mientras que lo real, no se duda, no se cambia, se vive, sin presión, sin ningún tipo de angustia, con toda la mayor neutralidad para opacar aquella intermitencia, conducida hacía lo fijo, negativo y sin color.
Lo intermitente como fugaz, lo real siendo capaz y lo fugaz cómo el centro verídico de la única verdad.

Estefanía Castañeda Ruíz.
Comunicadora Social y Periodista.
Comments