DESTINOS CRUZADOS
- Estefanía Castañeda Ruíz
- 9 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Todas las acciones buenas o malas son recíprocas, la conciencia es el arma principal que direcciona los principios y reglamenta las acciones con resultados beneficiosos o nefastos.
Sólo la dignidad propia y el amor propio evitan una apariencia falsa, una manipulación provocada e innecesaria y una PAZ consigo mismo; sí, paz en aceptar la realidad por más dolorosa que sea, no solo por un bien individual sino colectivo con nuestro entorno y con los seres que ven nuestros EJEMPLOS y GUÍA DE LA VIDA.
Destinos cruzados atravesados en los momentos que menos pensamos, destinos que reclamamos porque aparecen en nuestra vida, destinos que nos lastiman, nos hieren en lo más profundo, destinos que marcan nuestro suceso de vida para siempre.
Un destino cruzado que pone ejemplo de enseñanza para la próxima decisión en marcha, reclamos dolorosos, y recuerdos perturbadores, pesadillas que agobian nuestros sueños y dolores que atacan en lo más profundo nuestro corazón.
Fuerzas y acciones que hacen presencia en el alma, una cantidad de reflexiones que nos acompañan día a día, y hasta aveces realizarnos preguntas un poco fuera de lugar ¿Qué vi? ¿ Qué me entretuvo tanto?, ¿Amor o capricho?, ¿ Fui feliz?, ¿Me arrepiento? ¿Perdí mi tiempo? Y ¿ahora qué hago?.
Preguntas que rodean nuestro corazón en lo más sutil, pero también nos aterrizan y nos enfocan en lo realmente importante, acciones a seguir y lágrimas a reducir, un corazón a fortalecer y una mente que esclarecer.
Palabras básicas y claras para la seguridad que abarca nuestras vidas, para la fuerza que debe ser nuestra guía y nuestra acción por cumplir; el sufrimiento no puede significar el freno de sueños y caminos por explorar, duele, sí, duele mucho, pero significa lo que podemos llegar a ser para no destruirnos y cumplir lo que nuestro propio destino diga, con el fin de arruinar el destino cruzado que lastimó pero no mató nuestra vida.
El dolor más fuerte nos hace duros, los recuerdos nos vuelven vulnerables, las decepciones nos hacen débiles, los sueños se convierten en pesadillas, la ronda de pensamientos se convierten en desesperos de llanto, el autoestima se tiende a volver el enemigo, las lágrimas son reincidentes, las sonrisas se vuelven ausentes y las ganas de volver a confiar se reducen, pero sólo la perseverancia y las decisiones son la clave para marcar un nuevo camino y un nuevo corazón.

Estefanía Castañeda Ruíz
Comunicadora Social y Periodista
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