DESPERTAR ES VOLVER A EMPEZAR, ES VOLVER A DECIDIR, ES VOLVER A VIVIR

La tristeza nos hace más fuertes, la decepción nos despierta, no nos neutraliza, no nos acaba, no nos mata.

Despertar es volver a decidir, pero con cabeza fría y con acciones realmente confiables, despertar nos ubica, nos centra, nos enseña, nos guía nos previene.

Renovar no es pecado, renovar atrae energía positiva y desaparece la energía negativa, renovar nos hace fuertes, elimina la vagancia, ignorancia y baja autoestima, renovar no es ser cobarde, alejar no es afrontar, volver a empezar es la respuesta a la rebeldía, reto insignificante e ignorancia masiva.

Darnos cuenta del error no nos hace inhumanos, darnos cuenta de quien somos nos hace pensantes, interesantes y reales, verificar cuanto valemos nos intensifica nuestro valor como hijos, padres, nietos, sobrinos, primos y demás, no tener la razón no nos hace menos ni más, no refutar, no mentir y no ser violento habla de nuestro valor, educación, crecer y ser.

Despertar nos ayuda a entender la vitalidad de vivir, la importancia de sentir y la ventaja de nunca dejar de querer, nos centra en no tomar justicia por mano propia, sino confiar en el karma de la vida y en la justicia divina.

Sentir miedo no nos hace cobardes, llorar no nos hace débiles, reclamar no nos hace ofensivos ni agresivos, ser honestos nos hace grandes, ser reales nos hace diferentes, ser maduros nos marca, nos fortalece, nos renueva.

Saber tratar, saber querer, saber decir y saber influir nos caracteriza, nos consiente, nos ilumina, nos mueve.

Estefanía Castañeda Ruíz

Comunicadora Social y Periodista