¿DESCARO, PÉRDIDA DE MEMORIA O RECLAMO SIN JUSTIFICACIÓN?
- Estefanía Castañeda Ruíz
- 14 mar 2020
- 3 Min. de lectura
Los seres humanos a diario cometemos errores de todo tipo, desde los más graves hasta los más mínimos, aveces aceptamos con honor, y otras veces rechazamos con dolor. Las decisiones que tomamos en el pasado,nos pueden costar en el presente, y asimismo en el futuro, porque en el momento que afecte nuestra vida, cambia posiblemente el destino que tengamos programado. La desfachatez y el descaro son dos armas demasiado difíciles y dolorosas, armas que en el momento que se deciden usar, marcan, y dominan un nuevo camino por recorrer, lágrimas que empiezan a abundar, pero son parte del proceso para el nuevo ciclo a cambiar, decepciones por sentir, pero pertenecen al nuevo ciclo de vida que está por venir. Muchas despedidas, muchas reiteraciones de cambios, disculpas y jamás se llega a nada; los seres vivos entendemos a los niños cuando desean un detalle y hasta que no lo tengan, no logran quedar satisfechos, lo más chistoso, es que nosotros somos iguales, la diferencia es que un ser de luz, con inocencia no genera daño por su anhelo, mientras que un ser humano cuando logra obtener lo que desea, destierra, lástima y luego de un descuido reclama sin ningún tipo de vergüenza y por delante la acción de ser descarado con quien no se debe ni se debió en su momento. Criticamos las acciones impulsivas de las personas que decidimos querer, aquellos seres a los que llamamos amigos, aquellos que consideramos en un momento indispensable para la alegría y compañía constante en nuestra vida, pero cometemos el error de la costumbre en presencia de ellos,es decir, la mente humana está sujeta a contar siempre con los mismos, pero en el momento que llega un mundo social nuevo, un nuevo campo para conversar y tratar, se pierde totalmente el interés o de pronto el tiempo de valor con aquellos que estuvieron desde un principio allí. Pero lo más gracioso, por no llamarlo doloroso, es en el momento en que se dan cuenta del error, del descuido y decepción causado en la otra persona, olvido por completo y desquite en momentos no deseados, digo gracioso, porqué cuando las personas aprendemos a estar solas, podemos mirar el mundo desde una perspectiva diferente, limpia, saludable y lo más importante centrando su atención en UNO MISMO. Y justo en aquel espacio donde llega el amor y reflexión asimismo, aparecen aquellas personas que llegan a dar un poquito de diversión sin planear lo que estaba por venir, donde la soledad de los que querías se hacía más presente, donde los consejos ya no estaban, y en donde tan sólo un momento, la soledad se ha consumido totalmente. Luego del error plasmado, llegan lo más impactante que genera asombro de descaro y decepción con rabia, luego de vivir todo el ciclo social, ahora si vuelve la memoria estrella, la acción más esperada y el reclamo más decepcionante. El descaro como entrada, la desfachatez en bandeja de plata y la soberbia como plato principal, de todo esto, sólo queda decir que pese a la cantidad de cosas que puedan pasar, los seres humanos tenemos la virtud de perdonar, pero, también la virtud de alejarnos cuando es lo correcto, no por bien propio sino colectivo para los demás. LA ARROGANCIA DEL DESCARO ES LA CLAVE DEL DISTANCIAMIENTO Y LA BÚSQUEDA A UN NUEVO CAMINO DE VIDA, AUNQUE SEA DURO Y DIFÍCIL DE CUMPLIR.
QUERERSE, RESPETARSE Y ACEPTARSE.
Estefanía Castañeda Ruíz
Comunicadora Social y Periodista

Estefanía Castañeda Ruíz Comunicadora Social y Periodista
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