CUANDO LA PREFERENCIA Y EL ORGULLO SE HACEN AMIGOS

Es muy común cuando el orgullo toma un papel demasiado importante en cada ser, porque es tan fuerte su efecto, que bloquea las acciones qué son hirientes para él qué las ve, pero transparentes para el qué las realiza.

Son tantas las acciones una, tras otra, tras otra qué se vuelve una reincidencia sin paso atrás, se vuelve una constante rutina hiriente y preferente, y cuando hago énfasis en la preferencia es en el hecho de generar una mejor química e interacción con el qué apoya aquellas acciones hirientes y las muestra en conjunto al qué siempre siente qué es la oscuridad para una sostenibilidad en la sociedad.

De pronto suena confuso, y sí, lo es, pero lo qué no es confuso es la realidad qué algunos seres no desean ver, donde se arman de situaciones y ejemplificaciones qué solo hieren sin ver realmente el concepto qué se les quiere mostrar.

Ahora bien, cuando la preferencia (por mejor entendimiento) y el orgullo (como defensa) se alían, no valen ni las palabras, ni desesperos, ni cambios, ni reflexiones, ni muchísimo menos que haya aceptaciones, cuando aceptar es lo más básico, maduro y conciso para entablar una buena relación.

Hoy, sólo queda concluir frente a esa nueva unión, qué todos los seres humanos no somos perfectos, tenemos millones de defectos, pero el cambio empieza con uno mismo, cuando se acepta el error y se trabaja en ello, no se iguala ni se maltrata, se trabaja en conjunto, por unión, por cavidad y por armonía.

Saludes a esta pareja, quién no se ha dado cuenta de esta gran enseñanza y de ésta pésima acción llena de egoísmo, de egocentrismo y de fatalidad completa, definitivamente completa.

Estefanía Castañeda Ruíz Comunicadora Social y Periodista