CON QUÉ MORAL

Con qué sensatez, con qué delicadeza, con qué camino y con qué ejemplo se puede juzgar al que lo predica y no lo aplica.

Como no sentir rabia a la decepción y el camino de la comparación, a la reflexión y a la distancia momentánea por el bienestar en conjunto y conveniente, por evitar el pensamiento, exageración y los famosos shows.

Lamentablemente cuando se quiere tanto a alguien o se esfuerza tanto en conseguir algo es preferible tomar silencio, que el silencio hable por sí sólo, que los recuerdos prevalezcan y que la conclusión hable por sí sola.

La delicadeza en cada palabra debe darse con cuidado, no importa el medio por el cual se diga, pero debe ser con cuidado, se debe tener memoria para poder hablar, se debe tener concordancia para poder predicar, se debe seguir considerando el respeto en el camino de los años brindados de amor, de rabia y de tristezas sin parar.

Ya pasará sí, probablemente los papeles van a cambiar, también, de orgullo no se vive y eso está claro, tal como se mencionó en aquel escrito "cuánto vales orgullo", pero no por eso se debe omitir lo que alcanzó a hervir la sangre, lo que logró indisponer, lo que logro romper y lo que puso a pensar.

Sólo es cuestión de tiempo, no se debe juzgar lo que a hoy tiene a más de una persona entre la vida y la muerte, no se debe centrar y poner panoramas cuando la responsabilidad que tiene cada persona es diferente, tener que salir para poder suplir las necesidades financieras a las que tenemos que vernos enfrentados a diario entre otros aspectos muy importantes de carácter vital, donde la vida se convierte en un panorama de segundo plano por sobrevivir y ser responsable.

Pero, éste es un capítulo que no se va a hablar aquí sino en otro escrito que está por venir.

Estefanía Castañeda Ruíz.

Comunicadora Social y Periodista.

Estefanía Castañeda Ruíz.

Comunicadora Social y Periodista.